Por la Dra. Belén Merck. Division de Patología Mamaria.
Un año más celebramos el Día Internacional del Cáncer de Mama, fecha que sirve para recordar a la sociedad la elevada prevalencia de esta enfermedad. Se trata del cáncer que más frecuentemente va a desarrollar la mujer española, alrededor de 16.000 nuevos casos al año. A pesar de los muchos avances en su prevención y diagnóstico, también constituye la primera causa de muerte por cáncer en mujeres españolas y encabeza la mortalidad de las europeas entre 40 y 50 años. Se trata, por tanto, de un importante problema sanitario en nuestro entorno.
La incorporación de España a los cribados poblacionales mediante mamografía en los años 90 marca un punto de inflexión en el diagnóstico del cáncer de mama. Antes de los Programas de Prevención del Cáncer de Mama (PPCM) la mayoría de los tumores (el diccionario de la Real Academia Española define tumor como “masa de células transformadas, con crecimiento y multiplicación anormales”) se diagnosticaba por palpación habitualmente de la propia mujer que se notaba un bulto en la mama. Desde la implantación de las mamografías periódicas, el cáncer de mama se diagnostica cada vez más como lesión no palpable o alteración mamográfica. Vemos los tumores iniciales en las mamografías, pero no los tocamos porque son muy pequeños. En el informe anual de 2007 del PPCM de la Comunidad Valencia destacan entre sus resultados de tumores diagnosticados el porcentaje de cáncer invasivo < 1cm: 29,8%; el porcentaje de cáncer “in situ”: 13,1% y un 80% de pacientes diagnosticadas en estadios iniciales (0 y I). Estos datos son excelentes y confirman la utilidad del programa