Dr. Antonio Barrasa Shaw.
La eventración o hernia ventral, consiste en la salida de las estructuras de los órganos internos abdominales por una zona u orificio de la pared abdominal debilitada quirúrgicamente. Normalmente, no presentan síntomas, aunque con el tiempo y si no se tratan, pueden provocar molestias en el momento de realizar algún esfuerzo físico y generar hernias ventrales complejas y de gran tamaño. El principal riesgo que presenta es que parte de los órganos del interior del abdomen queden atrapados en el interior de la hernia y no pueden volver a la cavidad abdominal, produciéndose así una estrangulación de los mismos.
La mejor técnica para corregir el defecto herniario es la eventroplastia con malla de polipropileno que permite y proporciona un mejor nivel de resistencia en la pared abdominal sin tensión. El equipo de cirujanos de Clínica Serralta está formado por especialistas en la reconstrucción de la pared abdominal mediante tratamiento quirúrgico de hernias complejas como la que se muestra en el siguiente caso:
Se trata de una mujer de 74 años con antecedentes de insuficiencia respiratoria con oxígeno domiciliario y eventración infraumbilical de 40 años de evolución que ha ido creciendo progresivamente hasta contener el colon transverso, el derecho y gran parte del intestino delgado con lo que últimamente venía sufriendo episodios de obstrucción intestinal.
La principal dificultad del procedimiento en esta paciente consistía en la falta de espacio en el abdomen para contener las vísceras ya que con el tiempo la pared abdominal se va retrayendo y disminuyendo el espacio de la cavidad abdominal. Y la insuficiencia respiratoria complicaba aún mas las cosas pues al devolver el contenido abdominal a su sitio se comprimen los pulmones.
Con la utilización de mallas “composite”, que por un lado tiene polipropileno y por otro sustancias que permiten el contacto con el intestino, de gran tamaño y ampliando la apertura del abdomen los Dres. Barrasa y Escribano pudieron crear una “cavidad abdominal” de mayor tamaño en la que cupieron las vísceras sin aumentar mucho la presión intraabdominal. Luego se hizo necesario un cuidado exquisito de la piel para cubrir la malla y evitar que se necrosase por falta de riego, lo que habría ocasionado la infección de la malla y probablemente la necesidad de retirarla.
Las principales fases de esta intervención fueron: