Siempre es importante concienciarnos que lo que comemos no solo afecta a nuestra talla de pantalón, sino que también afecta a los órganos de nuestro cuerpo. Cada bocado cuenta, ya que provoca la intervención de los órganos en el proceso de digestión. El páncreas es uno de los órganos que actúa en este proceso y es probablemente uno de los más desconocidos. Este órgano es el encargado de liberar los jugos gástricos y hormonas que descomponen los alimentos para poder extraer de ellos todos los nutrientes. El trabajo de este órgano es proporcional a la comida que ingerimos, de manera que si realizamos excesos como el comer demasiado, fumar o beber, estaremos poniendo en riesgo su buen funcionamiento y por lo tanto nuestra salud.
Entre las hormonas que el páncreas produce y que pasan a la sangre, se encuentra la más conocida: la insulina. Esta hormona es la encargada de controlar cuánto azúcar (glucosa) es absorbido por las células de nuestro cuerpo. Si las células productoras de insulina del páncreas están dañadas, puede surgir diabetes. La diabetes tipo 2 se produce cuando el páncreas no puede producir suficiente insulina para manejar el azúcar en la sangre. La obesidad empeora la diabetes tipo 2.
La obesidad se considera como un factor de riesgo para desarrollar resistencia a la insulina, ya que hace que se necesite más insulina para lograr el mismo trabajo metabólico. Esto conlleva un mayor trabajo y esfuerzo del páncreas.
El aumento del tejido adiposo, y por lo tanto, un alto nivel de grasa en sangre, pueden llevar a que el páncreas se inflame produciendo pancreatitis, que puede llegar a ser crónica o aguda. Con la pancreatitis crónica, la inflamación no se cura y empeora con el tiempo.
La pancreatitis aguda ocurre repentinamente y es muy dolorosa. Por lo general se resuelve en pocos días con tratamiento. Las causas más comunes de la pancreatitis aguda son los cálculos biliares y el consumo de alcohol. Otras causas incluyen traumatismo abdominal, medicamentos e infecciones. Los trastornos genéticos del páncreas y ciertos trastornos autoinmunes también pueden conducir a pancreatitis.
El conocimiento de la historia de la salud familiar es especialmente importante para la posible detección precoz del cáncer de páncreas, que generalmente no tiene síntomas en sus primeras etapas. Cuando se detecta pronto, el cáncer de páncreas puede ser curable con cirugía. Pero la mayoría de los pacientes con cáncer de páncreas no se diagnostican hasta etapas más avanzadas, cuando las posibilidades de supervivencia son bajas.
En Clínica Serralta contamos con especialistas que trabajan para solucionar los problemas que se pueden originar en este órgano como son: la pancreatectomía (técnica que consiste en le resección de partes afectadas del páncreas como consecuencia de tumores) y la limpieza de quistes y abscesos que pueden desarrollarse como consecuencia de pancreatitis.
Los profesionales de nuestra clínica recomiendan la prevención de esta y muchas enfermedades mediante una alimentación saludables: evitar la obesidad y limitar el consumo de sustancias nocivas, como el tabaco y el alcohol, puede ayudar a mantener el páncreas y todo el aparato digestivo funcionando correctamente.
Para más info: Cirugía Hepato – Bilio – Pancreática en Clínica Serralta
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Fuente: mayoclinic.org