En esta época del año las temperaturas se disparan y afectan negativamente al sistema de regulación de temperatura de nuestro cuerpo. Es por ello, que podemos sentirnos más agotados por el calor y en casos extremos llegar a padecer insolaciones.
La alimentación, junto la salud mental y la actividad física es un pilar fundamental para cuidar nuestro bienestar, de forma que prestando atención a lo que comemos podremos combatir el calor de la siguiente manera:
A la hora de crear tus menús, escoge platos frescos, evita las comidas copiosas y opta por las frutas de temporada y las ensaladas. Son refrescantes y aportan agua a tu organismo.
Cuidado con la conservación y preparación de los alimentos. Los huevos siempre con fechas de caducidad, no los laves nunca y guardalos siempre en la nevera. Las carnes y pescados siempre deben ser frescos y preparados al momento. Una vez cocinados, congela si quieres conservarlos.
Bebe mucha agua aunque no tengas sed. Beber líquido en abundancia es esencial para hidratar nuestro cuerpo durante los meses de más calor. Evita los refrescos azucarados con gas, las bebidas con cafeína y el alcohol. Si tienes sed es mejor beber agua fresca o bebidas naturales como zumos, batidos y granizados con base de fruta.
Si comes fuera de casa evita las ensaladas, sándwiches o bocadillos vegetales con salsa o bases de mayonesa.