Comentado por Francisco Peris, Psicólogo.
Los hermanos/as constituyen un elemento importante dentro del grupo familiar y, la relación entre ellos constituye el lazo familiar de mayor duración. Esta relación es única, importante y especial, ya que se influyen mutuamente y juegan roles importantes en sus vidas. Pero, ¿qué ocurre si ese hermano es “especial”? Partiendo de esta pregunta, María Teresa García, Dra. en Ciencias Psicológicas y Presidenta de la Cátedra de Estudios sobre Discapacidad (Facultad de Psicología, Universidad de la Habana), y, Anet Torres Hernández, Psicóloga, Trabajadora y Cátedra de Estudios sobre Discapacidad, han realizado un trabajo con los hermanos mayores de personas con Síndrome de Down. El problema científico planteado es: ¿cuáles son las necesidades y preocupaciones de los hermanos/as mayores ante la presencia de un hermano/a con Síndrome de Down? Y el objetivo general del estudio: determinar las necesidades y preocupaciones de los hermanos/as mayores de personas con Síndrome de Down.
Partiendo de estos objetivos y el problema referido, las autoras del trabajo eligieron una muestra intencional conformada por 10 hermanos/as mayores de personas con Síndrome de Down. De ellos, 2 corresponden al sexo masculino y 8 pertenecen al sexo femenino; 5 de los hermanos se encuentran en la etapa de la adolescencia, comprendiendo sus edades entre 16 y 17 años y, el resto, en la etapa juvenil entre las edades de 20 a 26 años. Todos residentes en diferentes municipios de Ciudad de la Habana, cuyas familias participan en el Programa de Atención a Personas con Discapacidad del Centro de Atención Psicológica, de la Facultad de Psicología de la Universidad de la Habana.
Aplicaron diferentes técnicas de investigación psicológica (Entrevistas, Observaciones, Completamiento de Frases, Composiciones, Dibujos y, un Inventario de Necesidades y Preocupaciones), a esta muestra de 10 hermanos/as mayores de personas con Síndrome de Down. Los datos obtenidos fueron analizados a través de estudio de casos, de forma inicial, donde se triangularon las técnicas descritas, luego se integraron los resultados a partir de la edad de los hermanos/as (adolescentes y jóvenes) y, finalmente, se realizó una comparación entre los dos grupos. Se encontraron los siguientes resultados: