Hoy queremos hablaros de un tema que preocupa a muchos padres y madres de hijos e hijas adolescentes, el consumo de alcohol. En España el consumo se ha asociado tradicionalmente a la población adulta y se ha caracterizado por la regularidad de su uso y, su vinculación a la dieta y a los acontecimientos sociales. Sin embargo, en los últimos veinte años se han experimentado cambios muy importantes tanto en las cantidades ingeridas, como en los patrones y en el significado de consumo.
Así, en los últimos informes del Observatorio Español sobre Drogas se ha destacado un patrón de consumo intermitente, en forma de atracones, concentrado en sesiones de pocas horas, asociado principalmente a las noches de fin de semana y que se realiza con grupos iguales. Este patrón se caracteriza por picos de incidencia entre los jóvenes, igualación de consumo entre sexos, rejuvenecimiento del perfil de los bebedores abusivos y escasa percepción de riesgo. Es lo que la literatura anglosajona denomina binge drinking o heavy episodic drinking y en España se conoce como Consumo Intensivo de Alcohol (CIA).
La última encuesta domiciliaria sobre alcohol y drogas en España ha puesto de manifiesto que el 18% de la población de 15 a 34 años refiere haber ingerido 5 ó más bebidas alcohólicas en una misma ocasión (entendiendo por ocasión el tomar varias copas o vasos seguidos o en un par de horas) durante los últimos 30 días. La media de edad del primer consumo de alcohol es de 16.8 años.
Así mismo, según una investigación realizada en la Comunidad Valenciana por Socidrogalcohol (Sociedad Científica Española de Estudios sobre el Alcohol, el Alcoholismo y las otras toxicomanías), en la que participaron 6000 jóvenes de Valencia, Alicante y Castellón, el 31,9% de los adolescentes de entre 14 y 18 años (n=876) practican el consumo intensivo de alcohol o binge drinking, los cuáles durante tan sólo unos dos años realizando esta práctica, alcanzaron el alarmante consumo medio de 88 gramos de alcohol en dos horas (esto es, entre 8 ó 9 copas en dos horas).
Aún cuando el CIA no responde a los criterios habituales de consumo de riesgo (ni en cantidad ingerida, ni en frecuencia), diversos autores han puesto de manifiesto que sus consecuencias sociales y sanitarias son tan, o incluso más, importantes que las derivadas del consumo de riesgo regular. Además se ha sugerido que la CIA es un factor de riesgo para el desarrollo posterior de abuso/dependencia de alcohol.
Ahora bien, ¿qué entendemos por Consumo Intensivo de Alcohol o binge drinking?