Por Francisco Peris García
Uno de los principales factores que modula el efecto de la obesidad sobre la salud es el de las fluctuaciones de peso. Hoy día, se puede afirmar con total seguridad, que los cambios cíclicos en el peso, inducidos generalmente por dietas que buscan reducciones importantes en muy poco tiempo (3 ó 4 kilos), son mucho más perjudiciales para la salud que un sobrepeso moderado estable (IMC entre 25 y 30; calcular IMC) _ las dietas estrictas o los largos periodos de ayuno, pueden provocar malnutrición y carencias graves para el organismo_.
Muchas personas llegan a hacerse auténticos profesionales de estas dietas y las utilizan regularmente para reducir el peso (en verano, al pasar la Navidad, etc.). Una inevitable consecuencia de este comportamiento es que las personas recuperan muy rápidamente el peso inicial o, incluso, algo por encima de éste (de ahí que reciba el nombre de efecto yo-yo).
Además, este tipo de dietas, conllevan una importante carencia de los nutrientes esenciales para nuestro organismo (carbohidratos, lípidos, proteínas, minerales, vitaminas y agua). En tales casos, las dietas hipocalóricas son la principal causa de continuas fluctuaciones en el peso que constituyen un auténtico riesgo para la salud.
Un informe del conocido estudio Framingham dirigido por el Instituto Nacional Cardíaco, Pulmonar y Sanguíneo (NHLBI, por sus siglas en inglés) de Maryland (EEUU), encontró que la gente con una historia de cambios cíclicos de peso mostraba un incremento significativo en el riesgo de mortalidad atribuible a todas las causas, destacándose la de cardiopatía isquémica y cáncer. Sigue leyendo